El concepto de formar el C.E.F (Comunidades Extranjeras en F.O.R.J.A.) se produce con el motivo de integrar a las comunidades extranjeras al ámbito político aparte del social. Las circunstancias especiales que viven los inmigrantes en nuestro país, refleja lo difícil que les resulta insertarse en la sociedad argentina, a pesar de ser la nuestra un crisol de razas.
La ley 11700 de la Provincia de Buenos Aires en su Artículo 1º manifiesta: “Los extranjeros, de ambos sexos, mayores de edad, que sepan leer y escribir en idioma nacional, con dos años de residencia inmediata en el territorio de la Provincia de Buenos Aires, podrán ser electores en todos los comicios que se realicen para elegir Gobernador, Vicegobernador, Legisladores Provinciales, Intendentes Municipales, Concejales, Consejeros Escolares y Diputados Constituyentes, como así pronunciarse en todo tipo de consulta popular y en los plebiscitos contemplados en el artículo 206º, inciso b) de la Constitución de la Provincia.”
Todo el articulado de la Ley refiere a la participación de los inmigrantes extranjeros en las elecciones provinciales, dando lugar a poder elegir quién los gobernará provincialmente en su lugar de residencia.
El Art. 191 inc. 3 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires autoriza a los extranjeros a ser ciudadanos electos a Concejales: “Serán elegibles todos los ciudadanos mayores de veinticinco años, que sepan leer y escribir, vecinos del distrito, con un año de domicilio anterior a la elección y si son extranjeros, tengan además cinco años de residencia y estén inscriptos en el registro especial.”
El propio preámbulo de la constitución argentina habla de proteger los derechos de "todos los hombres del mundo que quieren habitar el suelo argentino".
Pocas democracias admiten el voto extranjero. Chile lo permite cuando lleva al menos cinco años de residencia, Uruguay luego de 15. Australia permitía el voto a extranjeros, pero acabó con esa práctica. Otros países permiten el voto de los extranjeros de ciertas nacionalidades o acaudalados.
Hay naciones que se van al otro extremo: en Kuwait, por ejemplo, ningún ciudadano naturalizado de menos de 50 años puede votar antes de cumplir 20 años como ciudadano.
En relación con el voto extranjero, Argentina quedaría por delante de todos, con excepción de Nueva Zelanda, que permite el voto de los extranjeros con sólo un año de residencia.
El último censo dijo que 1.806.000 personas de los 40 millones de habitantes de Argentina son extranjeros. Representan el 4,5% de la población, un porcentaje muy inferior al de principios del 1900, cuando casi uno de cada tres habitantes de Argentina venía de Europa.
El mismo censo de referencia mostró que el 77% de los inmigrantes vinieron de países vecinos, en particular Paraguay, seguido por Bolivia, Chile, Perú, Uruguay y Brasil. La mayoría viven en el Gran Buenos Aires.
En la Argentina, un país de inmigrantes, los extranjeros siempre tuvieron buena acogida. Y, por ejemplo, en agosto del año 2012 el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, y el canciller Héctor Timerman presentaron una guía para facilitarles los trámites en migraciones, gestionar certificados de nacionalidad, de nacimiento o antecedentes penales.
Uno de los principales problemas que las comunidades extranjeras deben sortear es el duro trajinar para conseguir su residencia y la documentación que los acredite como ciudadano extranjero en la República Argentina. Por esta razón FORJA Lanús tomó como una de sus prioridades armar el C.E.F. buscando dar información precisa de los pasos a seguir y fomentar la participación de los mismos en las relaciones políticas locales y provinciales.
Por tal motivo convocamos a ciudadanos naturalizados con ganas de participar desde un espacio afín a sus requerimientos y que ya pasaron por el largo camino de lograr la legalidad en nuestro país. Ellos son dirigentes de FORJA Lanús que se esfuerzan por resolver el problema de sus pares y sobre todo fomentar la participación, la integración y el sentido de pertenencia.
Director: Edvaldo Gladimir Dos Santos Carvalho